{jcomments on} Las y los imagino bien abrigados, saliendo a caminar pese al frío, o a hacer gimnasia o deportes…pero a la vuelta o por la tarde, les propongo que digamos: Bienvenido frío con la magia del ¡¡¡¡chocolate!!!! * Y sí, es julio y nos quejábamos que no había habido invierno… ¡para qué! ¡Llegó con tutti! Hace frio, mucho… obviamente, pero esta temporada tiene sus compensaciones: Un buen vino para acompañar la cena que preanuncia el humito y que nos deparará un shock de calorías. Un aroma que se eleva de los platos con guisados, sopas, pucheros, paellas y culmina con los sabores energizantes del chocolate. Que además de subir la autoestima (es afrodisíaco) proporciona placer sibarítico. Todos hemos disfrutado de este negro glorioso, en bombones, tabletas, en rama, en taza, etc… Pero siempre hay que aprender para disfrutar mejor (ese es mi lema) y lo mejor es con expertos. *¿Cómo reconocer un buen chocolate. Cómo degustarlo en todo su esplendor? ¡Acá vamos! En primer término diremos que el chocolate se clasifica en tres tipos que tienen que ver con tres elementos: cacao, leche y azúcar. Entonces por ejemplo en el Negro (aunque con tonalidades desde rojo caoba hasta bien oscuro), el amargor puede ser moderado para dar paso a los aromas o intenso para saborear el sabor de las "habas" (semillas de donde se extrae el cacao), pero en ambos casos habrá muchos más perfiles organolépticos . El Chocolate con Leche es otro cantar. No debe ser pegajoso sino "untuoso", los toques amargos, dan paso muy rápidamente a los cálidos lácteos y los aromas a vainilla y caramelo. El Chocolate Blanco perfecto no es muy pálido ni muy oscuro. La textura será untuosa pero, nos aclara el Maestro Hugo "Chocolate" Sosa, al que conocimos en su tentadora chocolatería de Miramar en la calle 35 al 1432, (también por sus medialunas famosísimas) y nos enseñó todo esto, no debe cubrir con un velo la boca. Sus aromas serán de vainilla, caramelo, lácteos. Un gran chocolate Según nos explicó Hugo un gran chocolate debe catarse como un vino. Y nos asegura que debe ser quebradizo, crocante, crujiente, fundente, aromático y largo de boca. Ya hemos hablado de la vista y el aroma. El oído adelanta el placer, al romperlo con un sonido grave y luego en la boca se fundirá suavemente. Para ello nos recomienda dejar que funda en la lengua, pasearlo por la cavidad bucal para distinguir los sabores que esconde y disfrutar de su intensa riqueza. Ya conocemos al negro del alma (¡hablo del chocolate!). Ahora de la mano de otra amiga Ingrid Cuk, aprendimos como hacer una buena jarra de chocolate para las tardecitas frías, por ejemplo de un domingo con amigos. En su libro ADN del Chocolate, explica: Para 2 tazas (si son muchos, multiplicar las cantidades). Calentar 1 taza de agua con 2 cucharadas de azúcar blanca, una rama de canela, 2 clavos de olor, 1 pizca de nuez moscada (2grs aprox.). Enfríar y guardar en la heladera hasta el día siguiente. Cuando lo vamos a terminar de hacer (ya nos trajeron las tortas, churros, etc. para acompañarlo) agregar 1 taza de leche entera y cocinar a fuego bajo durante unos 15 minutos. Colar y volver al fuego agregando 80gr de chocolate para taza o cobertura y 1 cucharada de fécula de maíz (maicena) disuelta previamente en un poco de leche o agua. Revolver y cocinar cinco minutos más.. y listo a ¡¡¡disfrutar!!!. Gracias Hugo "Chocolate" Sosa, gracias Ingrid Cuk… ¡gente muy dulce!. Un consejo combinar chocolate y vino tinto o dulce natural… Será hasta la próxima, Cristina Suscripción RSS
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