La cata de vinos, un juego apasionante

Cuando hablamos de un Tasting, una Cata a Ciegas, recordamos al experto y escritor Michael Broadbent: “Estoy plenamente convencido que tratar de evaluar las cualidades de un vino catándolo completamente a ciegas, es decir, sin ninguna clase de indicación sobre su naturaleza, es la más saludable y útil de las disciplinas. Es quizás también, la que nos conduce con más seguridad a la humildad”.
 
Es muy difícil, porque en realidad su experiencia no le sirve de nada, todo lo contrario, le puede molestar precisamente en función de sus conocimientos. Nuevamente Broadbent nos recuerda que “Cuanto más vino se ha catado en la vida, menos vivas, espontáneas  y tajantes son las reacciones y los juicios tienden a dogmatizarse. Esto proviene del hecho de que el catador profesional ha encontrado en su carrera, un número tan elevado de sabores y olores íntimamente ligados, y ha encontrado tantas excepciones a las reglas establecidas, que ha aprendido a matizar y a moderar sus veredictos”.
 
Si hablamos de una Cata “social”, se trata de un buen ejercicio para el winelover avezado o bien para aquellos que se quieran acercar al conocimiento del buen vino, afinando sus sentidos

Si el quid es especificar región, año de cosecha y obviamente el cepaje, podemos decir que se trata de una “cata-adivinanza”, una diversión de mesa.
 
Suele preguntarse al profesional si es posible  reconocer realmente el origen (región) de un vino, su variedad y su añada.
 
*Terroir: Para aclarar el primer punto podemos decir que no se puede identificar la región si el vino no tiene sus caracteres propios marcados, la “marca” del terroir.
 
*Variedad: En el caso de averiguar o dilucidar el cepaje, la variedad, es relativamente fácil. Sin embargo cuando se trata de un blend, la cosa se pone más complicada, salvo que el cepaje principal se muy evidente

Dicen los que saben mucho que hay vinos que se parecen gustativamente a los de otra región, y es en esos casos, cuando el catador cata bien si se equivoca.

*Añada: Para el que sea por trabajo o por amor al buen vino ha catado muchos vinos y cosechas, el “reconocimiento de la añada”, podría ser bastante fácil y seguimos los pasos del razonamiento, eliminación y deducción.

Procedimiento básico: “Se separan los que no podrían ser, sabiendo las condiciones anuales de maduración, y luego sólo queda por elegir entre algunas fechas. Limitándose a los últimos diez años, los éxitos son bastante notables; pero los vinos se hacen más uniformes según envejecen y por lo tanto se atenúan las diferencias de caracteres y de añadas” .

Según el especialista Bernard Ginestet “La infalibilidad en materia de cata no existe... Hay muy buenos catadores titulados con un coeficiente de fiabilidad por encima de la media. Y sobre todo, para todo el mundo, hay momentos más favorables que otros, durante los cuales los resultados de identificación pueden ser notables. Yo conozco algunos catadores que se forjaron una reputación después de dos o tres inspiraciones felices. Personalmente, he conocido instantes de gloria donde todo me parecía evidente, y he bebido hasta el fondo la vergüenza, cuando no llegaba a descifrar la más mínima indicación para, finalmente, deducir unos enormes disparates. La cata es una de las mejores escuelas de modestia que puedan existir”.

*Diferentes experiencias aconsejables
Cata Horizontal: es la de varios vinos de distintas bodegas o diferentes líneas pero del mismo cepaje, año y calidad – Cata vertical: es aquella donde se prueba, un mismo vino pero diferentes añadas.
Cata de Clasificación; “Se puede tratar de clasificar los vinos blancos por orden de sus sabores ácidos o dulces y los tintos según sus sabores tánicos. Es interesante comparar vinos procedentes de viñas de diversas edades o bien  una misma variedad de diferentes pagos o de diversos modos de vinificación, de conservación, de tratamiento.