El vino recobrado

Pasó en Entre Ríos y se festeja en una fiesta Popular de Gualeguaychu en estos días. Sí, porque además de excelentes pescados también hay ¡¡¡Vino!!! La historiadora Susana Domínguez Soler, en su libro "Entre Vinos, Entre Ríos" repasa 170 años de historia de la vitivinicultura entrerriana.
 
Y nos cuenta que todo comenzó cuando el General Urquiza, que fue un pionero de la vitivinicultura en la provincia, impulsó este tema y luego recibió justo lo que necesitaba, la llegada de los inmigrantes de Europa.
 
Esos europeos trajeron consigo la nostalgia de su tierra y quisieron recrear aquellos productos a los que estaban habituados. Y se dieron cuenta muy pronto que, en aquella zona, el vino era de mala calidad. 
 
Y comenzaron a solicitar a sus amigos y familiares el envío de sarmientos de vid, para plantar. Otro tanto hicieron los colonos de San José. Según Domínguez Soler, en los campos de Urquiza crecieron entonces las cepas Filadelfia y en Concordia la llamada Lorda, también conocida como Tannat, en la costa del Uruguay. Otro cepaje que conocemos mucho, la Bonarda, fue cultivada en la costa del Paraná. Y así creció de a poco la vitivinicultura entrerriana.    
 
En 1910 ya había 4900 Ha de viñedos y 60 bodegas pero… llega la década infame y con ella un decreto del Gral. Agustín P. Justo, que erradicó totalmente los viñedos entrerrianos, dando en cambio todo el apoyo a las provincias de Cuyo, especialmente a Mendoza. Luego también se realizó lo mismo con los citrus. 
 
No comprendo porque no podían haber convivido como hoy lo hacen los viñedos y productores de toda Argentina, de Norte a Sur y de Este a Oeste. Evidentemente, hubo intereses muy poderosos y escasa visión. Hoy, en el siglo XXI, Argentina es un gran viñedo en realidad. 

Luego de años y esfuerzos para recobrar la vigencia de la vitivinicultura en Entre Ríos, en el año 1998 se puso fin a esa extraña, absurda y tremenda prohibición y comenzó el trabajo para recobrar la industria.  
 
En el 2016 Entre Ríos contaba ya con 45 ha de viñedos, que producían más de 200.000 botellas. Y siguen produciendo.
 
Por eso es tan importante esa Fiesta popular de Gualeguaychú que se está desarrollando ahora en estos días, Del Pescado y del Vino, que difunde esta realidad y festeja la industria y el trabajo y tesón de los entrerrianos.