La Porteña Picada ¿es porteña?
En estos días el Mundial dio pie para varias picadas acompañadas con cerveza, vino o vermouth. Una costumbre inveterada en Buenos Aires y en Argentina. Pero ¿de dónde surge, como aparece esta gratificante costumbre? Antes de los años 1960, una variante de la picada era el Copetín, mucho más liviano que la Picada actual en cuanto a alimentos sólidos, recuerdo canapés, paté, jamones, aceitunas, mucho maní, papas fritas fundamentales (¿recuerda alguien "el Triolet", platitos de metal unidos en el centro?)… que se acompañaba de unas copas de Vermouth /blanco o rosso, Campari, Esperidina, Pineral, un "batido de Aperital", Cerveza. Pensamos que la Picada podría haber tenido su origen en las "tapas" españolas que era justamente, una tapa del vaso de jerez, manzanilla o aperitivo, consistente en un trozo de pan con una rebanada de jamón crudo o una tortilla. Según la RAE, Tapa es un "andalucismo". Los españoles suelen "ir de tapas", concepto que fue llevado a la alta cocina como una entrada, por el cocinero Ferran Adrià. Una versión criolla señala, para pesar de los porteños, que el origen las suculentas Picadas fue en Rosario. Según el escritor Sánchez Zinny, la picada se origina "como tantos otros adelantos", por un hecho fortuito. En 1896 se anuncia el paso por Rosario de Sir John William Beresford, Agregado Cultural Británico, sobrino nieto del general William Carr Beresford, importante pieza en las Invasiones Inglesas. Narra el historiador que, ante la importancia de las visitas, las autoridades locales encargan a doña Quintina Pereyra Sosa, dueña de La Posta de los Postillones (ubicada en la actual bajada Escauriza, en La Florida) una comida para agasajarlo. La dama quiere quedar bien a toda costa y decide preparar un locro, la emblemática comida patria. Pero, para deslumbrar con su comida, decide agregar a la receta tradicional, una enorme variedad de ingredientes que colocaría en la olla a último momento. Como debe ir a "emperifollarse" para la ocasión, deja sobre la mesa esos ingredientes nuevos, cada uno en platitos distintos. Su imaginación había superado las ochenta opciones, incluyendo maní, menta, trozos de corzuela, batatas fritas y cardamomo. Pero, ¡he aquí los imponderables! Los visitantes llegan a la Posta de los Postillones inesperadamente antes de la hora fijada y no esperan a la anfitriona. Sir John W. Beresford estaba muy cansado y hambriento. Y decide no aguardar la comida, al ver sobre la mesa esos tentadores platitos… El mismo Beresford los bautiza como "pickles", emparentándolo con la denominación inglesa para los bocados que pueden tomarse con la mano. De "pickles" a "picada", para el pueblo fue sólo un paso. El inolvidable Fontanarrosa agrega a este relato que tardó mucho tiempo, años, en hacerse el hábito de los platitos, principalmente porque las señoras ¡no querían ensuciarse los dedos!! Y la solución llegó en la forma de un hallazgo fortuito. Buscando un palillo para usar como alfiler de corbata barato, a mediados de 1919 el sastre catalán Jordi Mondadent encontró los "palillos" de madera que pronto se utilizaron también para pinchar quesitos, fiambres y otras delicias. Era el escarbadientes o "mondadientes" nombre debido al Sr Mondadent. ¡Ya nada impedía la Picada! El nombre sin embargo registra otras historias. Una de ellas es que quizá se deba a que, la hora de la "picada" coincidía con el "repicar" de las campanas llamando a misa de once. Y el "vamos luego al repicar", se transformó en vamos a "picar". Pero la historia sigue: en Rosario, ya que se institucionaliza como menú típico de Rosario, a partir del restaurante "El Egipcio" de los hermanos Severo y Olinto Sessi, de calle Fusileros (hoy Ayacucho) donde los parroquianos podían elegir acompañamientos de su bebida entre más de 4000 platitos. En Buenos Aires, los llamados Bares Notables siguen la ruta de las Picadas Porteñas. El cálido Cao (Independencia y Matheu) y sus "hermanos" El Federal (Perú y Carlos Calvo) y El Margot (Boedo y la cortada San Ignacio); La Picada del Japonés -Almacén y Bar- (Cochabamba y Solís); El tentador Miramar –también legendaria rotisería- (Sarandí y San Juan) y muchos más, diseminados en todos los barrios han puesto nuevamente en vigencia las famosas picadas. Entonces, Vermouth con papas fritas… y ¡salud! |