Algo más sobre drinkability (una palabrita que me hace "tilín")

Hace unos días leí una nota sobre la “drinkability”, una palabra bien “brasconiana”, donde James Suckling, un famoso crítico, ex editor senior de Wine Spectator, explica que el concepto que hoy guía el paladar global, es justamente este término, que se traduce como “el gusto por los vinos fáciles de beber”. Y piensa que los vinos del mundo y también los  argentinos de hoy, retornan a los años´80. En el mercado del vino, esta palabrita en inglés significa vinos que se venden bien y que el mercado global pide. Como dice Portelli, vinos que “piden una segunda copa”. Aunque el crítico Suckling reconoce y se alegra que haya vinos argentinos que reflejen el terroir y se alejen de la sobreactuación de la madera y la cosecha sobre madurada.
 
Donde algo me hace “tilín”, es que el término puede llegar a confundir. Porque los grandes vinos de los jóvenes enólogos argentinos, son excelentes, modernos, pensados; pero no son “fáciles” o sea simples, que para mí no tendrían demasiado encanto… sólo quizá el que comparten de la amabilidad. Como la gente, que si es solamente drinkability, seguramente será aburrida… 
 
Los nuevos vinos son complejos e interesantes en su sencillez, al reflejar las características de los diferentes terruños y dejar de lado lo maderoso, por ejemplo, en exceso. Son vinos sí, de la nueva generación, que quizá no les gusten demasiado a los amantes de los vinos densos y como me dijo una vez el Ing. Alberto Arizu: “madera con vino”. Pero creo que, aunque Miguel Brascó lo haya dicho, él tenía un estilo personal y una forma decir… rebelde e imaginativa pero claro, era Brascó…
 
Hoy el término me suena a peyorativo...